La premisa desde la que parte el ministerio de Economía que conduce Martín Guzmán es que «pase lo que pase» con la negociación de la deuda externa, la Argentina no volverá a tener acceso rápido al mercado de capitales internacional para financiarse y, además, la intención oficial es no seguir engrosando la exposición en dólares del país.
Según calificadas fuentes oficiales, ahora el objetivo es acceder a un mayor stock de pesos sin generar una emisión monetaria que se torne inmanejable en el mediano y largo plazo, por lo que se apunta a acceder al dinero «ocioso» que está en los bancos públicos y privados.
Por ello, Guzmán y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, están trabajando en una iniciativa para que a medida que vaya disminuyendo el stock de Letras de Liquidez (Liliq) y de pases pasivos, el Tesoro pueda ir tomando parte ese dinero a cambio de bonos con una tasa de interés atractiva.