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La provincia tiene una situación epidemiológica "hipercrítica", aseguró la ministra Martorano

 


"La situación epidemiológica de la provincia es hipercrítica”, enfatizó la ministra de Salud, Sonia Martorano, y para dimensionar la gravedad de su afirmación recurrió a las estadísticas oficiales: todos los departamentos santafesinos se encuentran en alto riesgo y tres de ellos directamente en alarma. Se trata de La Capital, San Lorenzo y Rosario, éste con una tasa de incidencia de casos acumulados en las últimas dos semanas de 1.033 cada 100 mil habitantes, cifra siete veces mayor que el indicador ya a partir de 150 se considera alto. 

A esto hay que sumarle la ocupación de camas críticas, del 99 por ciento en el sector privado y 95 en el público en la ciudad, mientras que en la provincia el porcentaje trepa al 97.

“Son valores muy preocupantes”, se lamentó Martorano, y consideró dentro del panorama desalentador la alta positividad en los resultados de los testeos (del 44 por ciento). Se trata de diagnósticos que afectan fundamentalmente a adultos jóvenes, “los más expuestos porque son los que salen a trabajar y a su vez no están vacunados”. 

Para colmo, los pacientes que ingresan hoy a una unidad de terapia intensiva ocupan una cama durante un promedio de 21 días, es decir un periodo más extenso que el observado en la primera ola. El informe que muestra a la bota inyectada en rojo fue elaborado por el Ministerio de Salud con datos de la situación epidemiológica de la segunda ola de Covid al 29 de mayo, según reza el documento. 

"Es la foto de cuando no estábamos confinados”, admitió la ministra en referencia a la crítica imagen de la pandemia que justamente derivó en la definición de una nueva cuarentena. Los últimos días de restricciones al estilo fase uno del 2020, nueve jornadas en total, más las prohibiciones que continuarán esta semana, incluida la de no concurrir a las escuelas, podrían mejorar la situación. Aunque la solución de fondo para la ministra Martorano pasa por la combinación de tres estrategias: apurar la vacunación, disminuir la socialización y fortalecer el sistema de salud. 

“Mi primera preocupación es que bajen los contagios, que la gente no llegue al sistema”, repitió la funcionaria. En ese sentido, no sólo el departamento Rosario tiene un nivel altísimo de incidencia; hay otros que incluso lo superan como Las Colonias, Castellanos, San Cristóbal y San Justo, con cifras que van desde 1.341 a 1.073 de casos acumulados en las últimas dos semanas cada 100 mil habitantes, cuando el criterio de alto riesgo se considera a partir de los 150.

No obstante, Martorano recordó que más allá del conteo de casos uno de los principales indicios de la gravedad de la situación epidemiológica es la ocupación de las camas críticas Covid (de terapia intensiva, de adulto, con respirador). Si el sistema supera el 80 por ciento, se encienden las alarmas. Por eso, la carrera contra el tiempo para adaptar el modelo de atención a la pandemia, es decir para aplicar un plan de contingencia que busca descentralizar las áreas de terapia intensiva o UTI en el territorio. 

“Desde marzo del año pasado a la actualidad triplicamos la cantidad de camas críticas en el sector público, que pasaron de 154 a 462. Se agregaron 300, ocho de ellas este viernes en Villa Gobernador Gálvez, que por primera vez en la historia tiene terapia intensiva”, apuntó la funcionaria sobre la reciente inauguración de una unidad en el hospital Anselmo Gamen.

Esta incorporación, señaló la ministra, alivia a Rosario porque desde la populosa ciudad vecina siempre se derivaron los casos más graves registrados allí al hospital Provincial. De las 300 nuevas camas que se sumaron desde el comienzo de la pandemia, 108 corresponden a la región Rosario, aseguró. 

“El proyecto es que las localidades que tengan entre 20 y 40 mil habitantes puedan contar con su propia terapia para resolver en cercanía las situaciones críticas”, concluyó Martorano, y contó que ya empezaron a desarrollar esta estrategia en el departamento Vera, al norte de la provincia. “Seguiremos sumando camas”, prometió.

“El problema es el recurso humano, porque es finito, aunque hemos podido incrementar el personal con la ayuda de los colegios de enfermeros, de médicos y la universidad”, completó. Y dijo que el Ministerio también aumentó la dotación de camas semicríticas. Si se considera también la capacidad del sector privado, el total de camas de UTI llega a 1.200 en toda la provincia.


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