El gobierno nacional convocó para febrero a sesiones extraordinarias en el Congreso, y en el temario figura el proyecto de Marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y cáñamo industrial. La iniciativa ya recibió el visto bueno del Senado a mediados de 2021, y se esperaba que reciba tratamiento a fin de año en Diputados, pero eso no sucedió.
En medio de las elecciones legislativas y el recambio de legisladores, el proyecto quedó en suspenso y ahora deberá volver a Comisiones para ser debatido nuevamente en la Cámara Baja.
El texto aclara que el objetivo es establecer un marco regulatorio de la cadena de producción y comercialización nacional con fines de exportación de la planta de cannabis, sus semillas y sus productos derivados afectados al uso medicinal.
De esta manera, propone un marco normativo que busca maximizar los mecanismos efectivos de regulación y control de la cadena productiva del cannabis medicinal e industrial, dirigiendo el otorgamiento y posterior control de las licencias a una "serie de eslabones productivos de mayor escala y formalidad jurídica" como empresas privadas, empresas públicas, consorcios mixtos, asociaciones civiles, cooperativas.
Asimismo, se contempla la creación de una agencia reguladora, un nuevo actor público, que oficiará como órgano rector y articulador de la cadena productiva del cannabis y tendrá a su cargo las múltiples instancias de regulación involucradas: la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME).
Si bien en el Senado tuvo un tratamiento sin mayores obstáculos, el problema surgió para su debate en Diputados, no precisamente por la falta de voluntades, sino más bien por los imponderables del año electoral. La renovación del recinto obligará a un nuevo giro a Comisiones para su posterior tratamiento.