“Los gobernadores de Juntos no van a ir a un acto que va a servir para hablar mal de la gestión de Macri por la toma de la deuda. No quieren quedar pegados a eso y piden que se haga en el Congreso”, decían ayer desde la oposición.
Los gobernadores radicales aceptaron enviar hoy a funcionarios de su confianza a la Casa Rosada, y accedieron a participar de un nuevo encuentro con Alberto Fernández y Guzmán, previsto en principio para el lunes o el martes de la semana que viene, y poco después postergado para la tercera semana de enero. “Gerardo cree que con el Fondo hay que mostrar diálogo”, dijeron, en una postura conciliadora que deja al PRO aislado.
Durante el macrismo, se contrajo la deuda que el Gobierno busca renegociar con el Fondo Monetario Internacional. El propio organismo se autocriticó aduciendo que los montos previstos para los próximos años eran imposibles de pagar, incluso se reprochó sobre el destino de los fondos, que según el expresidente fueron destinados a los bancos "para que no se vayan del la Argentina". La fuga de capitales durante el Gobierno de Macri fue equivalente a los fondos destinados por el FMI.
Sin hacerse responsable y como si nada hubiera sucedido, ahora el macrismo duro intenta dejar solo al Gobierno negociando con el Fondo, mostrando la peor cara de la especulación política. Los gobernadores radicales saben que tras no aprobar el presupuesto 2022, buena parte de su recaudación depende pura y exclusivamente de la buena voluntad del Poder Ejecutivo. Por eso no quieren romper vínculos con la Casa Rosada. Además sueñan con suceder al macrismo en la conducción de Juntos, por eso necesitan mostrar para afuera gobernabilidad. Nadie reprogramaría la deuda de un país que no logra ponerse de acuerdo en que va a pagar. "La deuda la contrajimos nosotros, lo menos que podemos ahcer es ir a escuchar a Guzmán", dijo el gobernador jujeño.