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Pésimo operativo de control se realizó ayer en inmediaciones del Marcelo Bielsa

 


Ayer por la tarde se disputó en el Coloso Marcelo Bielsa un encuentro entre Talleres de Córdoba y Banfield correspondiente a las semifinales de la Copa Argentina. Rotundo fracaso del operativo de control, centenares de multas, presencia de trapitos cobrando $1500 para permitir estacionar sobre el parque de la Independencia, y numerosos asados realizados sobre la superficie verde.

La presencia de trapitos en la vía pública no es novedad, el nuevo Código de Convivencia no impide su accionar, aunque lo limita en casos de abuso. Ayer, centenares de personas se apostaron en inmediaciones del estadio de Newell's, para hacer de cuidacoches de los miles de autos que se acercaron a la cancha de Newell's, algo recurrente, solo que en esta ocasión no jugaba La Lepra. Las tarifas variaron entre $1500 y hasta $2000 pesos. 

Los simpatizantes rojinegros están acostumbrados a esta metodología extorsiva, incluso muchos atribuyen el fenómeno a la propia barra, pero conocen los lugares permitidos y los prohibidos. No pasó así ayer, cordobeses y bonaerenses fueron conminados por los cuidacoches a dejar sus automóviles sobre el parque, y luego fueron multados por la Municipalidad con fuertes sanciones. Incluso algunos vehículos fueron remitidos al corralón, y sus ocupantes permanecer en la ciudad hasta hoy poder recuperar su vehículo. 

Párrafo aparte merecen los numerosos asados desplegados en pleno parque. Sin importarles los espacios verdes, el césped y los árboles, los comensales desplegaros sus parrillas y le dieron abundante fuego a sus cortes adquiridos un rato antes en la ciudad. Varios fueron los agentes públicos que debieron discutir con ellos para pedirles que lo realizaran fuera del espacio verde. La queja más recurrente fue que necesitaban un espacio como un camping, o los propios parrilleros del estadio leproso para poder concretar su propósito gastronómico.

El absoluto fracaso y la improvisación reinó en las inmediaciones del parque de la Independencia. Rosario no estuvo preparada ni a la altura para ser anfitrión de un evento que por concurrencia pareció exceder con creces las previsibilidades estatales. Será cuestión de tomar nota, de hacer las cosas mejor, de impedir que se le cobre a gente por "permitirle" estacionar en lugares prohibidos, mucho más teniendo en cuenta que se trata de personas que vienen de afuera de la ciudad. No solo se les cobró, sino que además se los multó, una doble pena inmerecida por gente que solo quería ver un partido de su equipo favorito. 

       

 

  



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