Ante la cercanía del clásico, Newell's fue con dos objetivos a Chile, y cumplió ambas consignas. La primera era no perder y no lo hizo y la otra fue no volver con jugadores lesionados y nadie tuvo dolencias durante los noventa minutos en Rancagua. El partido por el primer cotejo de la presente edición de la Copa Sudamericana terminaba sin goles, pero en la última jugada del partido, Aguirre marcó el único tanto de la noche para dejar el score 1 a 0.
Sabiendo eso los de Heinze cruzaron la cordillera con algunas precauciones. Dejaron en Rosario a un referente como Pablo Pérez y a un tocado Sforza, que probablemente esté el domingo, aunque sea infiltrado, el 5 es fundamental en el andamiaje rojinegro. En la primera etapa el equipo rosarino fue dominado, por un Audax humilde, que con muy poco estuvo cerca de marcar diferencias, pero no lo hizo. Algunos chispazos de Ferreira y el siempre entusiasta presencia de Aguirre fueron los únicos puntos destacables de Newell's.
Como mucho peor de lo que lo hizo en la primera etapa no podía jugar, lógicamente en el complemento La Lepra manejó más la pelota, llegó con más asiduamente al área rival, con poca claridad y sin eficacia, hasta la última jugada, donde tras poder hilvanar tres pases seguidos, el juvenil Aguirre le dio el triunfo agónico a La Lepra, de puntín, con remate bajo y esquinado, tras una gran habilitación de Sordo.
Sin dudas fue una noche que terminó con alegría, el resultado es muy bueno y de ahora en más ya se piensa en Central. El fútbol estuvo ausente, pero a esta altura que importa. Heinze tendrá más dudas que certezas tras observar el rendimiento de algunos de sus jugadores, pero habrá tiempo. Newell's se quedó con un triunfo necesario, que quizás no terminó siendo justo. Los tres puntos viajan para Rosario, y eso es motivo de festejo leproso.
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