Resulta irónico que, en medio de las medidas de austeridad y eliminación de horas extras para el personal de Defensa, el hermano del vocero presidencial sea beneficiado con un sueldo de 2,6 millones de pesos.
Las Unidades Retributivas, según fuentes del ministerio de Defensa, son utilizadas para inflar los salarios en la administración pública, revelando un sistema cuestionable.
Las críticas no solo se centran en el exorbitante salario de Adorni, sino también en el contexto en el que se produce su nombramiento.
En un momento de creciente tensión con las Fuerzas Armadas, marcado por el retiro compulsivo de militares de alto rango, privatización de empresas estratégicas y la eliminación de la jerarquización salarial, la designación del hermano del vocero presidencial añade más leña al fuego.
La decisión del gobierno de eliminar las horas extras para el personal militar contrasta fuertemente con la asignación de un sueldo millonario a Francisco Adorni.
Las críticas en el ministerio de Defensa no se hicieron esperar, calificando la situación como un «escándalo» y señalando la contradicción entre la retórica de la falta de recursos y ciertas designaciones privilegiadas.