El presidente Javier Milei arremetió contra los funcionarios y trabajadores de la Cancillería y le pidió la renuncia a “quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad”.
En una carta dirigida a cada uno de los empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República, Milei busca alinear una cartera turbulenta desde el primer día de gestión libertaria.
Los despidos de Ricardo Lagorio como representante argentino en la ONU y Leopoldo Sahores de la vicecancillería fueron los últimos derrames del ministerio liderado por Diana Mondino, distanciada de la cúpula presidencial, más precisamente de Karina Milei.
La hermana del presidente había enviado a Úrsula Basset a la Cancillería para que sea sus ojos en los pasillos de edificio de Esmeralda y Arenales, en el barrio porteño de Retiro.