La Federación de Sindicatos de Trabajadores de Industrias Químicas y Petroquímicas de la República Argentina (FESTIQYPRA) emitió un comunicado en el que manifiesta su firme apoyo a los empleados de la planta Petroquímica Río Tercero.
Estos trabajadores enfrentan la amenaza del cierre de una de las instalaciones que produce TDI, un compuesto químico esencial en la fabricación de poliuretanos.
La empresa Petroquímica anunció el cierre de su planta de producción de su principal producto, el TDI (diisocianato de tolueno), y el despido de 125 empleados, que representan un tercio del total de los 375 empleados de la firma.
La medida se efectivizará a partir del este lunes 14 de octubre, anunció la empresa mediante un comunicado oficial, en el que adjudican la medida al “proceso de transformación que desde hace unos años viene evidenciando a nivel regional y mundial el mercado de TDI”.
Al igual que Dow días atrás, la comunicación de la empresa esquiva hablar de la brutal crisis de la industria y el consumo producto de las políticas de Javier Milei y Luis Caputo.
“PR3 dejará de producir TDI para convertirse en un proveedor integral de soluciones de la industria de la espuma, decisión que nos obliga, en el marco de un Proceso Preventivo de Crisis, la racionalización del personal que desempeñaba sus tareas en la producción de TDI”, esto es, 125 despidos.
“Mientras tanto, continuaremos la fabricación de productos químicos y de PAC (Policloruro de aluminio para el tratamiento de aguas) con total normalidad”, aseguraron desde la patronal.
Ante esta situación, la federación se unió a la preocupación del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQYP) de Río Tercero, que lidera la lucha en defensa de los empleos y la estabilidad económica de la comunidad afectada.
El posible cierre de la planta no solo representa un golpe a las familias de los trabajadores directos, sino que también impactaría la economía local de la ciudad cordobesa de Río Tercero.
FESTIQYPRA subraya que la paralización de las actividades de la planta afectaría indirectamente a otros sectores y comercios que dependen de esta industria, lo cual generaría un efecto dominó que perjudicaría aún más la estabilidad laboral y financiera de la región.