La decisión se tomó tras los incidentes de drones encontrados en lugares sensibles como la terraza del Congreso de la Nación y cerca de la Embajada de Israel.
Ante esto, el gobierno justificó la medida por razones de seguridad nacional, destacando que los drones son fácilmente accesibles, de bajo costo y con gran capacidad de alcance, lo que los hace peligrosos para la seguridad pública.
Los dones o vant (Vehículos Aéreos No Tripulados) representan una creciente amenaza ya que tienen un alto potencial para ser utilizados con fines maliciosos.
Según los argumentos que exponen desde el Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich, estos dispositivos debido a su accesibilidad y versatilidad, podrían ser utilizados para "atentar contra la libertad, la vida y el patrimonio de los ciudadanos, así como contra objetivos estratégicos clave".