El dato es elocuente. No solo porque muestra que la desaceleración del IPC no implicó una mejora real en la capacidad de compra de los hogares. También porque la caída se dio con respecto al primer mes completo de gestión de Milei, en el que el consumo ya había iniciado su caída.
El miércoles pasado, antes de que estuviera cerrado el procesamiento de los datos, este medio contó, en base a fuentes del sector, que las ventas en supermercados habían vuelto a caer en enero y que en las grandes cadenas estimaban un retroceso interanual superior al 5%. Los datos de Scentia lo ratificaron: la caída en los supermercados de cadena fue del 7,2% interanual.