El objetivo del debate es claro: llevar al recinto los pliegos de Lijo y de Manuel García-Mansilla, quien ya juró como supremo, para que la Cámara alta defina si le presta o no acuerdo a los mandatarios.
De de no reunirse los dos tercios que requieren los candidatos para ocupar el Máximo Tribunal o, lo que es lo mismo, si reúnen un tercio que rechace los pliegos, ambos magistrados deberían despedirse de la Corte Suprema. Y esta volvería a quedar con tres miembros.
“Los dos violaron la Constitución Nacional al aceptar asumir por decreto”, dijo un importante senador de Unión por la Patria al fundamentar la movida. Y remató: “Admitir esto es terminar con el Parlamento y con el federalismo”.