En el día previo a una nueva marcha de los jubilados frente al Congreso, como cada miércoles, el Gobierno tomó medidas de precaución extremas, porque no quiere que desmadre la concentración, por eso desde anoche, centenares de vallas fueron colocadas en las inmediaciones del legislativo, teniendo en cuenta que las hinchadas del fútbol argentino prometieron apoyo, y podría ser más significativa que la habitual, dónde el número de efectivos desplegado supera en número a los abuelos.
El Gobierno libertario de Javier Milei viene ajustando a los pasivos desde su asunción. A los magros haberes que siempre percibieron, se les sumó la quita de la mayoría de los medicamentos gratuitos que le otorgaban en el pasado, condicionando su provisión a percibir sólo haberes mínimos y con un porcentaje ínfimo. Por este motivo, algunos pasivos deben elegir hoy entre medicarse o alimentarse.
Un intento opositor por mejorar mínimamente los haberes jubilatorios fracasó el año pasado, ya que tras obtener aprobación por ambas cámaras, la ley fue vetada por el presidente, Javier Milei que decidió festejar con un asado el recorte junto a "héroes" que apoyaron el veto en el Congreso. El superávit fiscal no se toca, y el pago de haberes jubilatorios es enorme, desproporcionado a los aportes que realizan los trabajadores formalizados.
Así las cosas, el Gobierno decide ajustar jubilados priorizando pagos de deuda externa, al Fondo Monetario Internacional o bajando subsidios temporales al campo. Los pasivos no son prioridad, y hasta se los golpea salvajemente cuando deciden reclamar. La ofensiva estatal contra los viejos escaló ayer un escalón más, y se pasó a la agresión verbal por parte de una legisladora oficialista.
La diputada nacional salteña Emilia Orozco, fue invitada anoche al programa de Luis Majul en La Nación + y muy suelta de cuerpo señaló que "los jubilados que protestan son tres pelagatos delincuentes que van a hacer show", ante la mirada atónita del conductor. Además se mostró molesta por "tener que estar gastando recurso humano para cuidad esa gente, cuando debía estar afectado a brindar seguridad al resto de los ciudadanos. El derecho de protesta, de base constitucional, no parece estar en el decálogo libertario. La piedad y el respeto tampoco.
