La caída del consumo interno, la falta de hacienda terminada tras la sequía histórica, y la baja de precios en los principales mercados internacionales explican el recorte en Azul. Según fuentes del sector, la planta de Devesa redujo su nivel de faena diaria de 1.050 novillos a apenas 750, lo que obligó a unificar turnos y prescindir de una parte del personal.
El ajuste también responde a la pérdida de mercados de exportación clave. En la planta circula la versión de que México, uno de los principales destinos de la carne producida por Devesa, habría frenado sus compras hace aproximadamente dos meses. Esto agravó el exceso de personal y precipitó los despidos en cadena.