Por la décimo cuarta fecha de la Liga Profesional de Fútbol, San Lorenzo de Almagro recibió a Rosario Central, que lo venció por 1 a 0 en el Pedro Bidegain del Bajo Flores porteño. El único gol del partido lo convirtió el delantero Enzo Copetti en tiempo suplementario.
Jugaron un primer tiempo parejo, muy disputado y de pocas situaciones frente a los arcos. Con esquemas espejo los de Holan salieron a defender la punta ante un viejo conocido como Miguel Russo, que dispuso un once adaptado a neutralizar los puntos altos de Central en ofensiva, pero que no pudo vulnerar la sólida defensa que él mismo armó y sale de memoria.
Por eso las acciones individuales, pocas y a cuentagotas fueron las que desnivelaron en la primera etapa. Mallo y Quintana sacaron todo y desbarataron cualquier intento de Cerutti y Bombergart, Muniaín intentaba asociarse, pero bien interceptado por Navarro y Giménez.
Así las cosas, con Copetti demasiado aislado, Lovera fue el protagonista de la única acción de peligro de toda la primera etapa, cuando tras amagar asociarse con un compañero enganchó hacia adentro y sacó y violento disparo desde afuera del área que se colaba abajo, pegada al palo derecho Gill, que alcanzó a desviar con la punta de sus dedos. Sobre el final de la etapa, Santi López, Navarro y Malcorra vieron la amarilla, algo que por el juego no hubiera sido previsto, ya que se jugó de manera leal y casi sin infracciones.
En la segunda mitad, ambos equipos salieron a buscar el triunfo cada uno con sus armas, las de Central más claras. Duarte había ingresado por Lovera y en la primera que tuvo, superó a su marcador, enfrentó al arquero y eligió pegarte fuerte al primer palo, cuando tenía la opción de ceder a Copetti, que ingresaba por el centro para empujarla. Una oportunidad clara que podría haber sido lamentada de no ser por el final.
San Lorenzo tuvo más el balón en algunos pasajes, merodeó el área auriazul, pero nunca tuvo un disparo de cara a Fatu. Por momentos pareció que lo arrinconaba, pero la defensa fue un baluarte inclaudicable. Mallo sobre Bombergart, y Quintana llegando a cada cruce, eficiente labor de los cuatro del fondo, una garantía absoluta, que pocos equipos tienen.
Giaccone tuvo una clara, tras un alboroto en el área, la pelota le para remate certero, que Gill logró desviar abriéndose cuan largo es. Mallo ganó arriba en un córner, tras una mala salida del arquero y su cabezazo se fue cerca. Era la cuarta chance de gol, contra ninguna y el Canalla lo merecía ganar y lo ganó.
Triangularon Malcorra, Giaccone, por izquierda, el centro al medio y Copetti de zurda, anticipando a su marcador la puso arriba con remate violento cuando ya se jugaba tiempo suplementario. Golazo y triunfo. Agónico, sufrido y merecido. Buscado, nunca renunció a ganarlo, a pesar que el empate no era más negocio. Holan tiene banco, recambio suficiente para torcer esquemas rígidos y hoy lo aprovechó para llevarse tres puntos fundamentales para pelear la cima de su zona, que le permitiría jugar en Arroyito hasta la final, si logra claro superar instancias.