La cifra actualizada refleja un aumento de 72 veces respecto al ingreso estimado entre 2017 y 2018 por el Indec, cuando la misma canasta costaba $30.064.
La canasta contempla los gastos esenciales en alimentación, vivienda, salud, educación, vestimenta, transporte y otros servicios, conforme a lo establecido en la ley de Contrato de Trabajo.
El cálculo se basó en la Encuesta Nacional de Gasto de Consumo de los Hogares, que sirvió de referencia para ajustar el valor al presente.
Desde el MATE advierten que el aumento evidencia el fuerte deterioro del poder adquisitivo de los salarios, particularmente en el contexto inflacionario de los últimos años. Señalaron que hoy, incluso trabajadores registrados con nivel educativo medio completo están muy por debajo de esa línea de cobertura.
El informe vuelve a instalar la discusión sobre el salario digno y la necesidad de políticas que garanticen ingresos acordes al costo de vida, en un país donde el ingreso mínimo vital y móvil está muy lejos de esa cifra.