El gesto no pasó desapercibido y se replicó entre sus seguidores como una declaración cargada de intención.
El artista suele poner el cuerpo en los escenarios y mantener un perfil bajo fuera de ellos, esta vez eligió un modo sutil y poderoso de intervenir en el debate público: la cita como forma de crítica.
En tiempos donde muchos artistas se cuidan de opinar, su publicación se interpretó como una forma de resistencia, tan breve como elocuente.
La elección de una voz filosófica como la de Platón, en medio de una coyuntura tensa, potencia el gesto. Mollo no apuntó directamente contra nadie, pero el subtexto es claro: el compromiso cívico es ineludible. Y si el arte no incomoda, al menos debería invitar a pensar.