El canciller, Héctor Timerman, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, hablaron hoy ante un plenario especial de las Organizaciones de Estados Americanos (OEA) en Washington, donde se trató el tema de la deuda externa argentina, y reclamaron que “la comunidad internacional y los organismos multilaterales de crédito actúen antes que el precipicio que estableció (el juez Thomas) Griesa esté delante de nuestras narices”.
Así lo expresó Kicillof, quien advirtió que “hay tiempos, y venimos a requerir soluciones urgentes, no solo pronunciamientos”.
Insistió en que el lunes próximo delegados argentinos dialogarán con el representante de los fondos buitre, pero pidió que esa conversación se haga "en condiciones justas y equitativas" porque "vamos a negociar de buena fe pero para que se contemplen los derechos del cien por ciento de los acreedores".
"Pedimos al mundo -ratificó- que tome cartas en el asunto" porque "esto no puede pasar de largo".
Por su parte, el Canciller aseguró que sea cual fuere la resolución de la demanda de los fondos buitres contra el país, “la Argentina jamás, tenga que hacer lo que tenga que hacer, va a abandonar al pueblo argentino para favorecer a los fondos buitres”.
“Queremos pagar, no vamos a saltar por la ventana, no vamos a liquidar a nuestro pueblo para que cobren los fondos buitres”, afirmó Timerman, quien ratificó que “vamos a seguir negociando” porque “Argentina siempre negoció”.
También reiteró el Canciller que “no vamos a aceptar la extorsión, no vamos a aceptar medidas contra el pueblo: vamos a negociar, y no nos vamos a suicidar”.
Kicillof, en tanto, hizo una extensa exposición para aportar detalles políticos, económicos y técnicos sobre las causas por las cuales, en caso de que se confirme la orden del juez Griesa de pagar a los fondos buitre que no entraron en la reestructuración de la deuda, la consecuencia será que “se vuelva inviable buena parte del funcionamiento del sistema de financiamiento internacional”.
“Hay problemas de plazos –dijo- porque estamos hoy en un momento donde, según algunas interpretaciones, Argentina tiene 28 días para evitar un default de su deuda soberana”.
Calificó a esa situación de “desquiciada” por cuanto “Argentina tiene los recursos para pagar su deuda, y este fallo de características absurdas, intenta que Argentina no pueda pagar”.
Kicillof sostuvo que “hay tiempos” y que por ello “venimos a requerir soluciones urgentes: no solo pronunciamientos, Argentina no quiere ser un caso de estudio para los libros de texto de cómo, por una decisión absurda, sufrió un pueblo, una nación, y cómo después aparecieron los remedios”.
Estimó que si prosperara la postura del juez Griesa, “la Argentina sería la primera víctima, porque no se va a poder avanzar razonablemente en una reestructuración de deuda, y por ello hay que actuar rápidamente”.
Los discursos de Timerman y de Kicillof fueron precedidos por una exposición del secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, quien tras condenar la "amenaza a la estabilidad del país" que representa el fallo del juez Griesa, citó palabras de Néstor Kirchner cuando habló en la cumbre de México del 2004 detalló que los acreedores que hicieron operaciones de riesgo "tienen que enfrentarlo" y que "los muertos no pagan".
Asimismo, Insulza destacó el respaldo de la comunidad internacional y organismos regionales a la posición de Argentina.