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Un delito reiterado |
Fui testigo presencial del robo de una cartera en Santa Fe y Felipe Moré. Aprovechando que en la vía los vehículos circulan a menor velocidad, en apenas dos segundos, ni uno más, un delincuente rompió el cristal de un Clio, salió corriendo, subió a su bicicleta y se esfumó sin que nadie pudiera reaccionar, ante la atónita mirada de la mujer que fue víctima de la sustracción.
Sirva la presente para advertir a las damas, una vez más, que no deben llevar sus carteras en el asiento del acompañante, ya que asiduamente son objeto de arrebatos indeseables, con una sencillez y precisión admirable, los punguistas se apoderan de lo ajeno en cuestión de segundos.
Algunas láminas de cobertura de cristales vienen con un refuerzo especial que evita que el vidrio estalle al menor impacto, y sería aconsejable su instalación.
De todas formas, otra medida de prevención sería poner la cartera en el piso del auto, o debajo del asiento, que no quede tan a mano y requiera un trabajo extra para quien quiera apoderarse de ella.
De todas formas, otra medida de prevención sería poner la cartera en el piso del auto, o debajo del asiento, que no quede tan a mano y requiera un trabajo extra para quien quiera apoderarse de ella.
Más allá de lo perdido, una vez perpetrado el hecho, la joven conductora se asustó, realizó una maniobra arriesgada y pudo provocar otro accidente de consecuencias lamentables, que por suerte no sucedió.
No estaría de más que la Policía tomara cartas en el asunto y enviara algunos efectivos de civil para individualizar a quienes realizan reiteradamente esta modalidad delictiva, ¿o será mucho pedir?
Durán