El conjunto nacional fue más durante todo el encuentro pero no pudo doblegar a la férrea defensa colombiana, que mostró un juego mezquino, al punto que no disparó al arco en todo el partido. Apenas se habían jugado 25' minutos y el técnico argentino que dirige a los cafeteros decidió sacar a Teo Gutiérrez para poner un volante más, ya que no podía agarrar la pelota y mucho menos llevar peligro a Sergio Romero.
Argentina monopolizó la tenencia del balón y jugaba en campo contrario, con Pastore de lanzador, la velocidad de Di María y algunos chispazos de Messi. La más clara de la primera mitad fue una doble atajada de Ospina, primero desvió con las piernas un remate de gol de Agüero y en el rebote le sacó a Messi un cabezazo que tenía destino de gol.
En la segunda mitad, Argentina fue algo más cautelosa, pero también tuvo posibilidades de gol. Ottamendi metió un cabezazo desviado por el arquero, la pelota rebotó en el palo y atravesó toda la línea de gol. Otra clara la tuvo el ingresado Banega, que disparó desde afuera del área y su remate besó el ángulo.
En la otra, tras un pique al fondo de Tévez, los colombianos intentaron despejar, el balón se dirigía al directo al gol y desviaron en la línea ante la peligrosa llegada de Lavezzi que casi llega a empujar.
En los penales, se hizo justicia. En el partido, los de Martino fueron superiores, pero preocupa su falta del gol, genera las situaciones pero no las concreta. Ahora ya están en semifinales, un paso más adelante, y esperan rival.