En consecuencia, sostuvo que la nueva ley de flagrancia va a permitir "un cambio muy importante" porque puede "llevar a juicio a un acusado en 40 días". "Estamos volviendo a una cultura de la ley en la que no vale todo, si se amenaza al Presidente se tendrá consecuencias, si se trafica drogas, también. Trazamos una política criminal que defiende mucho más a las víctimas, que trabaja en defensa de la gente", argumentó.
Por otra parte, la ministra dijo que "el modelo anterior estaba sustentado en la idea que, por si acaso, la víctima era el delincuente", y completó: "En el país estuvo muchos años la tortilla dada vuelta, los buenos eran los delincuentes y los malos las víctimas".