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Asimismo, advirtió que apunta a fundar "un nuevo derecho de los trabajadores del sector", que de esta manera verían incrementados sus ingresos. Más allá del mínimo del 10% de propina obligatoria, el proyecto también realiza una estipulación "recomendado adicional será del 5%" y "en la factura deberá constar de manera explícita la recomendación". Esto significa que el cliente podrá pagar "a voluntad" ese adicional recomendado o incluso un porcentaje mayor.
En tanto, quieren que esos ingresos adicionales "serán repartidos de forma semanal, equitativa y proporcional a las horas trabajadas, entre el conjunto de los trabajadores del establecimiento". A modo de compensación para el consumidor, el proyecto establece la prohibición para el establecimiento de incorporar un adicional en concepto de "cubiertos, uso de mesa, o cualquier servicio equivalente".
En los fundamentos, Vallejos recordó que en 1945, por órdenes del entonces secretario de Trabajo y Previsión Juan Domingo Perón, se prohibió la propina individual para trabajadores hoteleros y gastronómicos y se "estableció un sistema de retribución colectiva, proporcional a las ventas que se repartiría entre todos los trabajadores del establecimiento".