Destaca como una gran irregularidad que el expediente se haya armado en función del relato de Oscar Centeno volcado en fotocopias y afirma que no cambia nada la aparición de los originales de los cuadernos sino que --al contrario-- muestra que el chofer mintió al decir que los había quemado y debilita sus “aportes ”.
Cuestiona, además, que a algunos imputados se los indagó sin describirles un hecho concreto que los involucrara. Di Lello, que tiene competencia electoral, había recibido una causa derivada, donde debía investigar si un grupo de dirigentes de La Cámpora, entre ellos Máximo Kirchner, Eduardo Wado de Pedro y Andrés Larroque, habían utilizado dinero de los supuestos sobornos de la obra pública para “solventar actividades de de naturaleza electoral o vinculadas a la gestión política del gobierno y sus organizaciones satelitales”, según las sospechas que señalaba el juzgado.