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Biden planea una significativa suba de impuestos en Estados Unidos

 


El presidente norteamericano Joe Biden aumentaría los impuestos de sociedades del 21% al 28%; la tasa del impuesto sobre la renta para las personas que ganan más de $ 400.000; y ampliar el impuesto a la herencia; recortar las preferencias fiscales en las empresas de traspaso, como las sociedades de responsabilidad limitada; y establecer una tasa impositiva más alta sobre las ganancias de capital para las personas que ganan al menos u$s1 millón. 

Los aumentos de impuestos incluidos como parte de los paquetes de infraestructura y trabajo probablemente incluirán la derogación de parte de los recortes que impuso el expresidente Donald Trump, algo que Biden prometió hacer en el primer día de su gestión, pero que aún no ocurrió. La ley tributaria de 2017 que benefició en gran medida a corporaciones y personas adineradas, señala Bloomberg. 

Los cálculos apuntan a que en 10 años se recaudarían u$s2,1 billones. Los cambios entrarían en vigencia en 2022. Sin embargo, hay dudas del apoyo que recibirá el plan en el Capitolio. 

Los temores de una vuelta a la inflación siguen siendo elevados en Estados Unidos y todos los ojos están ahora puestos en la Fed, a pesar de que el Banco Central ha repetido que no están dadas las condiciones para un cambio de sus políticas. No se espera por lo tanto que en la reunión del Comité Monetario de la Fed, el martes y miércoles, se decida alterar los tipos de interés.

"Estoy seguro de que la Fed seguirá determinada a mantener las tasas donde están", comentó a la AFP Robert Frick, economista de la Navy Federal Credit Union.

"Creo que no pasará absolutamente nada", agregó. Las autoridades de la Fed siguen insistiendo en que se necesitará más que una leve subida de precios durante unos meses para que endurezcan su política monetaria, y observan que si lo hacen pueden poner en peligro la recuperación económica.

Por lo tanto, hasta que se regrese al pleno empleo y la inflación supere el 2% "por un tiempo", las tasas no deberían despegar del 0 al 0,25%, niveles entre los que han oscilado desde hace un año. 

En cuanto a las compras de activos, que permiten el buen funcionamiento de los mercados al inyectarles liquidez, tampoco deberían reducirse. La economía aún necesita apoyo para salir de la crisis en la que la sumió el covid-19. Y la Fed, al igual que el gobierno de Joe Biden, considera que es preferible desplegar una ayuda generosa, a pesar del previsible aumento de ciertos precios, a no inyectar suficiente dinero y correr el riesgo de dejar una cicatriz duradera en el mercado laboral. 

"Creo que hay un pequeño peligro (de inflación). Y creo que es manejable", aseguró el domingo la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en el canal ABC, anticipando "un movimiento temporal". "Todo debería volver a la normalidad después de unos meses", agregó. Si los precios subieran demasiado "tenemos las herramientas para lidiar con ello", consideró.

Los funcionarios de la Fed también actualizarán sus pronósticos para los próximos años, precisando qué evolución del PIB y de la tasa de desempleo prevén, y también qué tasa de inflación. Los temores inflacionarios se ven alimentados por el auge económico esperado en la primavera boreal, gracias a la campaña masiva de vacunación y al plan de emergencia de 1,9 billones de dólares promulgado el jueves por Joe Biden. 

Esto debería hacer subir los precios, sobre todo porque la comparación se hará con marzo y abril de 2020, cuando, ante las primeras medidas de confinamiento masivo en el país, los precios habían caído. Esta especulación ha impulsado los rendimientos de los bonos del Tesoro en las últimas semanas, que el viernes alcanzaron un máximo desde febrero de 2020.

Algunos esperaban una acción de la Fed para detener esta máquina infernal, incluida una subida de las tasas más rápida de lo previsto, pero la institución señaló que no actuará. "Creo que en este punto razonan diciendo 'y bueno, que los mercados se embromen", subrayó Robert Frick. 

Por lo tanto, poca sorpresa se espera de la Fed, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) anunció el jueves un sorpresivo aumento de las compras de deuda. A ojos del BCE, mantener unas condiciones financieras que respalden la recuperación es más importante que tomar medidas ante la muy leve subida de la inflación que se espera. 

Las autoridades de la poderosa Reserva Federal "seguirán haciendo todo lo posible para continuar sin decir nada", dijo Danielle DiMartino Booth, directora general y economista en jefe de Quill Intelligence. 

Sin embargo, los observadores estarán atentos a la más mínima señal que pueda enviar la Fed, que pesará cada palabra en el comunicado que emitirá el miércoles después de la reunión. La cohesión de sus integrantes también será un punto al que habrá que prestar atención. Si uno de ellos expresa una postura disidente "ello no significará que la política del organismo vaya a cambiar, pero sí que hay una grieta en el consenso, que se ampliará en los próximos meses", afirmó Robert Frick.


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