El Kily González equivocó otra vez en el planteo táctico, puso línea de 5 para "defenderse" y a los 3' minutos ya perdía 1 a 0. Al menos no fue a los 20' segundos como la semana pasada ante Unión, pero apenas un puñado de minutos más tardó la defensa de Central en desordenarse.
Ruben tuvo la primera oportunidad de la noche, pero Usain se impuso en el mano a mano. De la contra letal llegó el primer tanto de Defensa y Justicia, "Fosa" Ferreyra nunca cerró a quien se dispuso a tirar el centro y Pizzini llegó por el segundo palo para marcar de cabeza. Fatura Broun sacó el tercero con un manotazo que terminó con la pelota en el travesaño.
El segundo tanto también llegó de un grosero error de Fosa. Le picaron la pelota por encima de Broun, el defensor llegó para "cerrar", el despeje fue demasiado corto y terminó en el segundo tanto del Halcón, convertido por de cabeza por Merentiel.
Rotondi, en versión Cristiano Ronaldo enloqueció a todo aquel jugador que le pusieron por derecha, Sangiovani y Almada la pasaron mal. Ruben volvió a tener dos nuevas chances de gol, pero Usaín volvió a imponerse y Central se fue al descanso con algún gol menos de lo merecido, muchas preocupaciones y varias cuestiones defensivas por resolver.
En la segunda mitad el DT auriazul hizo lo que tenía que hacer. Puso línea de 4, mandó a la cancha al pibe Ciccioli, un 4 natural, y dejó a los dos mejores marcadores centrales que tiene el plantel, Almada y Ávila. Merentiel tuvo tres chances de aumentar, pero Fatu se lució para impedírselo.
Central buscaba, tuvo una clara de Ávila en el palo tras un córner y Ruben en el rebote demostró que no era su noche para marcar. El tercero llegó tras una contra, quedaron dos delanteros contra Ávila, y el uruguayo Merentiel se lució cediendo de primera para Bou, que definió el partido con toque sutil.
Como cada vez que sale del Gigante a Central le costó todo demasiado. El Halcón es un gran equipo, sabe a lo que juega y lo hace con solvencia. El Canalla sufre el final de torneo, y hace que todo hacia adelante sea incierto, incluso la propia continuidad de su entrenador. Es un equipo que no tiene respuesta ante la adversidad, de mentón flojo y a la primera piña ya está de rodillas en el suelo. Falta juego, resto físico y vergüenza deportiva.
