En la noche de ayer, el presidente Javier Milei agasajó con una cena en la Quinta de Olivos a los diputados que acompañaron el veto a la Ley de Movilidad Jubilatoria, que otorgaba una mejora en los haberes del sector pasivo y había sido aprobada dos meses atrás con el voto mayoritario de ambas cámaras del Congreso.
Paralelamente, en las afueras de la quinta presidencial, cientos de jubilados y pensionados llevaron adelante un "cacerolazo" con el que expresaron su rechazo por este acto al que calificaron como una "burla" y una "provocación".
Cabe recordar que gracias al voto de estos 87 legisladores, algunos de los cuales incluso modificaron la dirección de su voto respecto al debate original del proyecto, Milei logró frenar la iniciativa que, con un exiguo impacto en las arcas nacionales, devolvía al sector pasivo el 8,1% que habían perdido con la inflación del primer mes de este gobierno.