Javier Milei firmó el decreto de ascenso de Mariana Plaza como embajadora argentina en el Reino Unido. La diplomática es la arquitecta de lo que en Cancillería se conoce como «la doctrina Plaza» y establece el acercamiento a las autoridades británicas para cooperar en diferentes áreas a cambio del abandono del reclamo por las Islas Malvinas.
Plaza es fuertemente repudiada por los veteranos de Malvinas, que la acusan de «cooperar con los usurpadores y dejar de lado la reivindicación de nuestros derechos soberanos sobre nuestras Islas, usando otros métodos ya probados por otros gobiernos y dejando a nuestra patria en situación vergonzosa».
«Evidentemente viene pregonando un affaire anglosajón y no ha dudado en decir que hay que renunciar al reclamo. Esta actitud no nos asombra, ya que estaría en consonancia con la política exterior de nuestro actual gobierno», planteó en febrero la Confederación de Combatientes de Malvinas cuando Plaza fue ratificada por el Senado.
Solo alcanzó con los votos del bloque libertario para promoverla, pero tuvo 24 votos en contra del peronismo, algo inédito en este tipo de votaciones de ascensos a diplomáticos.
Los legisladores opositores tuvieron fuertes discursos contra la desmalvinización de la política exterior.
Cristina Kirchner volvió a cargar contra Milei: “Hiciste pelota 60 años de construcción política en la causa Malvinas”.
La designación fue publicada en el Boletín Oficial e incluye también al marido de Plaza, Carlos Ortíz de Zárate, actual número dos de la embajada en Londres.
Fuentes diplomáticas afirmaron que «en estos casos que hay tanto lío en el Senado, lo que hacen en Cancillería es no sacar el decreto y listo. Para no pagar el costo político, sobre todo con el tema Malvinas».