La explicación oficial de estos cierres es la búsqueda de eficiencia administrativa, aunque las medidas impactan directamente sobre dos de las principales causas de muerte en el país.
El Instituto Nacional del Cáncer, que hasta ahora funcionaba como un organismo con identidad institucional propia, pasará a operar como una unidad organizativa interna dentro del Ministerio de Salud.
En tanto, el Instituto Nacional de Enfermedades Cardiovasculares fue eliminado definitivamente: “Fue creado por ley en 2015, pero nunca fue puesto en funcionamiento. No contó con sede, personal ni presupuesto asignado. Su estructura existía solo en el plano normativo”, justificaron.
Fuentes del Ministerio de Salud indicaron que se trata de una "transformación en una unidad organizativa interna del propio Ministerio, integrando sus funciones a la estructura de la Secretaría de Gestión Sanitaria".
"Con esta decisión, el Estado Nacional refuerza la capacidad técnica del Ministerio en materia oncológica, evitando duplicaciones administrativas y permitiendo una mayor articulación entre las estrategias de prevención, tratamiento, investigación y acceso a medicamentos para el cáncer, todo bajo un mismo mando", precisaron desde la cartera que dirige Mario Lugones.